viernes, 30 de diciembre de 2011

Adele, la voz que promete más para el 2012

Refrescante. En medio de una industria plagada de estrellas prefabricadas, la presencia de Adele resulta refrescante.
Lo suyo no es la pose de una falsa diva, tampoco lo ha sido la producción exagerada que disfraza carencias y que apuesta por “la venta de espejitos”. Lo suyo tiene únicamente que ver con talento no con su físico, sólo así se explica que haya conquistado los charts alrededor del mundo.

El nombre de Adele ya está escrito entre las leyendas de la música británica: 3.4 millones de copias colocadas de 21, su segundo álbum, la han impulsado a lo más alto de la industria, al fijar una marca que la coloca como la más vendedora del incipiente siglo XXI en el Reino Unido.

Adele Laurie Blue Adkins, su nombre real, nació en Tottenham, Inglaterra, y, como muchos otros actos de los últimos años, encontró en la red el camino que la llevó a la fama.



Fue Richard Russell, presidente del sello XL Recordings, quien la encontró en MySpace. Ahí se dio cuenta del talento de la cantante, suficiente para que en 2006 le ofrecieran uncontrato, preámbulo de 19, disco con el que debutó de manera profesional.

De aquel álbum, editado en enero de 2008 y en el que colaboraron productores como Mark Ronson (quien trabajó con Amy Winehouse), así como Jim Abbiss y Eg White, la inglesa lanzó los sencillos Hometown Glory, Chasing Pavements, Cold Shoulder y Make You Feel My Love.

Con ellos dio una muestra de su estilo, de una lírica franca que hablaba de experiencias que cualquiera podía haber vivido, y de la búsqueda de un sonido que coqueteaba con el soul y el pop, mientras hacía algunos guiños al jazz.

Su éxito fue discreto. El álbum (nombrado en referencia a la edad en que Adele lo grabó) tuvo una revancha envidiable años después, ésa que hizo que la cantante sintiera como justo el esfuerzo que inició a los cuatro años cuando empezó a cantar.

Según distintas biografías, fueron las Spice Girls las responsables de que la música atrapara a Adele. Sus constantes imitaciones y su interpretación de temas como Wannabe y Say You’ll Be There, pueden ser señalados como los culpables.

Los constantes cambios en su domicilio, de Tottenham a Brighton, posteriormente a Brixton y, finalmente, a South London, sembraron en Adele un sentimiento de soledad que pronto comenzó a plasmar en las letras que escribía, mientras acudía a clases a la BRIT School for Performing Arts & Technology, de la que se graduó en 2006.

Como parte de un proyecto escolar, la intérprete, grabó algunos demos que dio a un amigo, quien se atrevió a colocarlos en MySpace y con ello abrir la puerta de forma definitiva para el despegue de Adele.

A partir de entonces, todo sucedió más rápido de lo imaginable. Consiguió un mánager, firmó un contrato discográfico y lanzó al mercado 19. En Reino Unido, su éxito la llevó a alternar con cantantes como Damien Rice y Will Young y a conseguir el reconocimiento de los BRIT Awards como la favorita de los críticos.

Con 19 giró durante dos años. De a poco, la británica demostraba que su voz no era sólo producto de un buen ingeniero de sonido, que sus canciones no pretendían tratar como idiotas a los escuchas y que su pose, lejana del glamour de las estrellas de la industria, era algo más que un
bien estudiado plan de mercadotecnia.

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